miércoles, 5 de noviembre de 2014

Huracán, el penal y las cosas que hace.

  Minuto 39 del segundo tiempo, jugada de varios rebotes, un arquero que se estira a más no poder por atajar una bocha, un amague y un penal. Doce pasos al gol. La chance de estirar la diferencia y cerrar el partido. El nueve del equipo toma la pelota. Erra. Todo sigue igual.
  Hasta acá podría ser un penal cualquiera, en cualquier equipo, en un torneo que sería indiferente a la anécdota. Pero el penal es para Huracán, faltando seis minutos y en un torneo que el globo lo padece. Repasemos: Torneo de seis meses, grupo de once equipos, cinco ascensos. Parece fácil, pero no; último, lejos del quinto, sin técnico y con serios incidentes en las tribunas. Así llegó el globo a ese penal.
  Antes del penal, dio vuelta un 0-1 contra Atlético Tucuman con dos goles de su nueve, Ramón "Wanchope" Abila. Estaba para cerrarlo, traerse los tres puntos y disculparse con su gente, aunque, sin ascenso, no creo que exista el perdón. Llegó al minuto 39 del la segunda parte con serias chances de ganar, pero con un resultado frágil como el cristal.
  Ahí llegó el penal que Calviño, arquero tucumano, le cometió a Abila. El delantero tomó la pelota y se paró firme. Stop. ¿Que harías vos? bueno, eso no. "Wanchope" no aseguró, no cerró el partido, no le sacó la cabeza al arquero, no lo asumió.
  Y me detengo a pensar: asumir responsabilidades es lo que se nos pide día a día desde diferentes frentes. ¿Lo hacemos? en gran medida si, como Abila, que tuvo huevos y no le dejó el penal a un compañero joven. Pero en otra medida no; porque, como hizo Abila, despilfarramos situaciones, las canchereamos, nos creemos por sobre la circunstancia, colgamos. Tener huevo no solo es afrontar las situaciones, sino concluirlas como se debe. Después, como en todo, hay factores que se escapan de las manos. Las cosas que hace uno para llegar a esas situaciones son las que pesan.


 ¿Que hizo Abila en el penal? La picó. Pero el problema es cómo...