miércoles, 20 de noviembre de 2013

A la par con la tendencia internacional, la Facultad de Agrarias de Lomas de Zamora lucha contra la merma estudiantil

La Facultad de Agrarias de Lomas de Zamora ha sufrido en la última década una baja en el ingreso de alumnos tan considerable como preocupante. Esto habla de la crisis sufrida por las carreras de ingeniería en todo el mundo, aunque no escapa de las lógicas locales. Los ejes del problema y su lucha por mantenerse.
   La Universidad de Lomas de Zamora ha crecido en estos últimos quince años. El número de estudiantes se ha multiplicado y se hizo conocida en el ambiente educativo. Sin embargo, a contramano de esta tendencia, una de sus casas de estudio ha sufrido la baja de sus alumnos y lucha contra la crisis de la falta de ingenieros: La facultad de Ciencias Agrarias ha bajado en su cantidad de alumnos regulares, ingresantes y aspirantes. Una meseta estudiantil que por ahora no tiene solución.
  Entre mediados de la década del 80 y principios de 2002 la cantidad de ingresantes en el primer cuatrimestre rondaba los 280 y en el segundo 80. El 55 por ciento de estos ingresantes se anotaba en la carrera de Zootecnia y el resto en Agronomía.  Hoy en día el panorama cambió mucho: En la última década los números han bajado hasta llegar a apenas 99 alumnos en 2012.
  No solo ha bajado el número de alumnos ingresantes sino que también ha cambiado el rumbo de la elección de los mismos. Ahora, un 60 por ciento de los alumnos ingresantes son para la carrera de agronomía. “Zootecnia, tiene su perfil particular ya que además de las causas generales se vio afectada  por el proceso de sojización en la Argentina”, afirmó Eduardo Fernández, Ingeniero Zootecnista y docente de la institución.
  A las dos carreras existentes, en 2009 se le sumó la de Técnico Universitario en Procesamiento Agroalimentario.  Esta carrera suma a la oferta que tiene la facultad. Pero también genera un problema: le quita alumnos a las otras carreras. Un diez por ciento de ingresantes se anotan para esta tecnicatura. Y ocurre otro fenómeno: como los otros cursos son bastante largos, los estudiantes cambian a la mitad ya que les reconocen el primer año.
  La extensión de las carreras es un punto de inflexión a la hora de la elección del estudiantado. Agronomía y Zootecnia constan de 47 materias para hacer en 5 años contra 19 de la tecnicatura para finalizar en tres años. En estos tiempos donde no se apuesta por carreras largas y el tiempo para recibirse apura, la más corta gana terreno.
  El fenómeno lomense naturalmente no se puede aislar de la tendencia global. Es decir que la crisis en la educación de las ingenierías a nivel internacional afectó a la Facultad de Agrarias. “El público se ha volcado en su mayor parte a las carreras de orientación no ingenieril. En nuestra Facultad se ha sentido con fuerza la crisis financiera y política de 2001 que se hizo sentir al menos hasta el 2006 aproximadamente”, explicó Fernández.
  Un trabajo de investigación realizado por la prestadora ManpowerGroup que encuestó a 38 mil empleadores de 41 países descubre que la primera faltante en puestos de trabajo son técnicos e ingenieros. “La dificultad está bastante instalada, y siempre está entre los primeros lugares, pero no sólo en la Argentina, sino en el mundo. No estudia la carrera la suficiente cantidad de gente, las carreras de ciencias duras cuestan más, los jóvenes no son fomentados desde el secundario y hay una inercia social a no asociar el esfuerzo del estudio universitario con la posibilidades de estudio posteriores”, detalló Alberto Fagalde, director general de ManpowerGroup, al portal Apertura.com.
  Volviendo al problema puntual de los alumnos de agrarias, la cuestión empieza en los aspirantes. Se les llama así a las personas que se anotan para hacer el curso introductorio. Una vez pasado ese curso serán alumnos regulares de la institución. En los comienzos de la facultad, por la década del 70, se anotaban 300 aspirantes y al curso introductorio asistía en 90 por ciento. “Hoy en día si se anotan 300 vienen 180”, lamentó Fernández. “El problema radica en que antes de empezar el curso de ingreso ya se pierde el 30 por ciento de la gente”, agrega. Hasta este año si los alumnos que se acercaban a la institución y pasaban el curso conseguían ser alumnos regulares, pero los que no lo pasaban lo hacían dentro del primer cuatrimestre sin ninguna materia de la carrera, sin conseguir ser alumnos. Desde ahora, con la suma de unos talleres, esos alumnos son regulares mientras hacen el ingreso.  Esto le da al estudiante un marco de legalidad, aparte de la contención de la institución, lo que evidentemente responde a una estrategia para evitar más deserciones.
  Pero se suma a esta problemática una realidad argentina como lo es la “crisis del campo”, según así lo advierten los propios especialistas del sector. En la última década, los índices de producción agropecuarios y ganaderos han caído abruptamente. O se han desbalanceado, en rigor. Esto aleja a los estudiantes.
  “La producción agropecuaria bajo la dura intemperie aunque sea en una naturaleza algo domesticada no es común en el imaginario de las sociedades”, afirmó Guillermo D`Angelo, exsecretario general de la facultad entre 1985 y 1995. “Los problemas con el sector agropecuario desde 2007 (con el agregado de causas meteorológicas, como sequías) también pudieron tener un impacto en la decisión de acercarse a este tipo de carreras”, agregó Fernández.
  Sin embargo, y pese a esta meseta de estudiante, Agrarias de la Universidad de Lomas se posiciona comparativamente bien respecto de otras facultades de la misma rama. La facultad ha llevado adelante un cambio en el plan de estudios, que a mi manera de ver constituye una nueva visión en la formación práctica. Asociado a esto existen proyectos aun no cristalizados como la construcción de espacios, ya diseñados, para la práctica con animales de granja”,  sostuvo Fernández. “Tal vez es el momento de integrarnos con la UNLP y generar alguna actividad superadora”, señaló Rubén Martínez, Profesor de la materia Mejora y conservación de los Recursos genéticos.

  El problema no es solo de Agrarias, sino de toda la comunidad universitaria. Levará años cambiar el rumbo del estudiantado. En eso están las ingenierías.



miércoles, 9 de octubre de 2013

Frases


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